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Menores expuestos a asbesto, hacinamiento y abandono: la crisis de Mejor Niñez en Isla de Pascua

Menores expuestos a asbesto, hacinamiento y abandono: la crisis de Mejor Niñez en Isla de Pascua

Javiera Ostertag Franzoy

Periodista del equipo de Investigación en Radio Bío Bío Santiago

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Javiera Ostertag Franzoy

Periodista del equipo de Investigación en Radio Bío Bío Santiago

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Javiera Ostertag Franzoy

Periodista del equipo de Investigación en Radio Bío Bío Santiago

Lunes 09 junio de 2025 | 06:15
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En Rapa Nui, niños y adolescentes siguen expuestos a graves vulneraciones en la única residencia de Mejor Niñez. Techos con asbesto, convivencia sin separación etaria y falta de atención en salud mental configuran un escenario crítico. La Defensoría de la Niñez constató la situación, pero aún no hay soluciones efectivas. Pese a las denuncias, persisten riesgos físicos y psicológicos. El Servicio promete mejoras y nuevas residencias este año en Isla de Pascua. Los detalles los entrega la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío.

Ubicada en medio del océano Pacífico, la Isla de Pascua es conocida por cautivar a viajeros de todo el mundo con su enigmática historia cultural y paisajes únicos. Anualmente, más de 100.000 visitantes llegan a uno de los territorios chilenos más turísticos, atraídos por los moáis, volcanes, playas y cuevas. Sin embargo, este mismo aislamiento que despierta el interés de los viajeros ha sido uno de los puntos que mantienen a la residencia de Mejor Niñez Hare o Tatou en crisis, con dificultad de acceso para solucionar los problemas que afectan tanto a los funcionarios como a los niños, niñas y adolescentes (NNA).

Así quedó plasmado en un informe realizado por abogados, psicólogos, periodistas y sociólogos de la Defensoría de la Niñez, quienes en abril de 2024 cruzaron los 3.800 kilómetros que dividen Santiago y Rapa Nui para visitar el hogar de menores Hare O Tatou (que en rapanui significa “la casa de nosotros”).

El diagnóstico fue grave: con siete nudos críticos seguidos de más de 44 recomendaciones a las instituciones involucradas, el organismo identificó presencia de asbesto en los techos, falta de separación etaria y privacidad, obstáculos para acceder a salud física y mental, alta rotación y baja dotación de funcionarios, etc. Situaciones que vulneran a niños que ya provienen de situaciones delicadas.

De acuerdo a conocedores de la situación, estas y otras condiciones de la residencia y su organización en la Isla han significado vulneraciones importantes para los menores que ahí residen –como riesgos físicos por la precaria infraestructura y exposición a conductas sexuales por la nula separación etaria y falta de supervisión– en un lugar que, alejado del continente, tiene sus particularidades culturales y dificultades de acceso.

Las solicitudes de ayuda y llamadas de atención a autoridades han sido varias y constantes durante los últimos años, sin aparente acción que se haya traducido en mayores cambios concretos. Además del informe de la Defensoría, miembros del sindicato de trabajadores de la Fundación Niño y Patria –a cargo de la gestión de la residencia en Rapa Nui– habían acusado sentirse “abandonados” por parte de la organización y el servicio, con otras fuentes criticando la “nula presencia” de Mejor Niñez en Isla de Pascua.

Consultados por Radio Bío Bío, desde el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia (ex Sename) informaron que a fines de mayo viajó una comisión para analizar la situación en Rapa Nui y que se ha estado sesionando semanalmente para enfrentar los problemas. Agregaron que este año iniciará su construcción una nueva infraestructura de alto estándar, que tiene planificado contar con tres casas separadas por rangos etarios y permitir la apertura de un programa de familias de acogida en la Isla.

Infraestructura “impresentable”: asbesto en el techo

Uno de los problemas de infraestructura más graves denunciados por la Defensoría de la Niñez en su visita fue la presencia de asbesto en el techo, material ampliamente utilizado en la industria de la construcción hasta alrededor del año 2001, luego de que fuese demostrado que su inhalación puede causar enfermedades graves como asbestosis y distintos tipos de cáncer.

La situación de este riesgo en construcciones antiguas de Isla de Pascua ha sido presentada como un problema por las comunidades rapanui, incluso siendo la Isla recientemente incorporada al plan Asbesto del Ministerio de Vivienda y Urbanismo en coordinación con el Ministerio de Salud.

Sin embargo, a pesar de que la Defensoría de la Niñez presentó este tema como urgente el año pasado evidenciando la existencia de varias de las techumbres de la residencia fracturadas, hasta el momento no ha habido acciones concretas que saquen de riesgo a los menores de edad y funcionarios que se encuentran diariamente en el inmueble.

La situación ya había sido levantada en distintas instancias, por ejemplo en las reuniones del Centro de Seguimiento de Medidas de Protección –encargada de supervisar y controlar el cumplimiento de acciones frente a casos de vulneración de derechos de menores– en las que participaron autoridades de Mejor Niñez, diputados, miembros de la fundación Niño y Patria, etc.

En ocasiones, desde la fundación criticaron al Servicio, indicando tener poca respuesta y disponibilidad presupuestaria desde las direcciones para solucionar este problema. En la sesión del 30 de agosto del año pasado, el Director de Administración y Finanzas de Niño y Patria habló sobre las trabas existentes para solucionar el problema. Entre ellas informó que para manejar el asbesto se debe cumplir con normativas sobre la manipulación y entrega en un lugar protegido para los riesgos, cosa que no existe en Isla de Pascua. Indicó que el único espacio disponible se encuentra en la Región Metropolitana, en Tiltil, y que el costo de traslado sería de entre 400 y 600 millones de pesos, teniendo que sumarle a esto los costos de todo lo que implicaría la reconstrucción de la infraestructura del techo y el traslado temporal de los NNA mientras se hacen los arreglos.

Desde la fundación Niño y Patria plantearon a Radio Bío Bío su preocupación por el asbesto en los techos, y explicaron que desde 2023 se han estado presentando proyectos y realizando gestiones con entidades públicas y privadas sin éxito, siendo una de las principales trabas justamente el costo económico.

“La situación es compleja y no está en manos de la Fundación resolver por sí sola un problema que supera ampliamente las capacidades técnicas y presupuestarias de un organismo colaborador del Estado. Sin embargo, seguimos plenamente comprometidos con el cuidado y la protección de los niños, niñas y adolescentes de Isla de Pascua, así como de nuestro equipo. Seguiremos insistiendo ante las autoridades y el sector privado en la necesidad de una intervención estructural y de carácter prioritario para garantizar condiciones adecuadas de habitabilidad y salud para todos quienes habitan y trabajan en este espacio”, afirmaron.

Además de ello, quienes conocen el hogar han denunciado que se encuentra en “pésimas condiciones”: con ventanas en mal estado, puertas de las piezas que no cierran bien y camas con tablas rotas y fierros doblados.

Sin separación etaria

Otro problema de infraestructura que fue levantado por la Defensoría en su informe fue la falta de separación etaria –con una población que puede ir desde los 6 años hasta los 17, de estancia permanente o solo diurna– y los defectos en términos de privacidad, implicando riesgos de vulneración para los menores.

La misma problemática fue levantada por una carta del Sindicato de la Fundación Niño y Patria en febrero de 2023, en que indicaron necesitar con usma urgencia esta separación que ha “generato distintas crisis que han significado graves vulneraciones para los niños”.

Desde Niño y Patria afirmaron que a pesar de que su equipo técnico ha impulsado un rediseño de infraestructura con el objetivo de mayor separación etaria, “toda modificación estructural está hoy detenida por la presencia de asbesto. La SEREMI de Salud de la Región de Valparaíso ha prohibido intervenciones hasta que se retire completamente este material, lo cual -como señalamos- requiere una inversión pública y/o privada significativa que ha sido imposible de concretar”.

De acuerdo a personas que conocen la residencia, estas situaciones sumadas a la baja dotación –y por lo tanto, poca supervisión de funcionarios–, ha significado que los menores se vean expuestos a riesgos preocupantes. Por ejemplo, interacciones sexualizadas entre niños muy pequeños y exposición de los NNA a conductas de índole sexual de otros residentes en el contexto de convivencia compartida dentro de las piezas, algunas que incluso han sido denunciadas al Poder Judicial.

Sin embargo, en el informe de la Defensoría se aclaró que durante la visita no se identificaron situaciones de vulneración de derechos constitutivos de delito que ameritan la realización de denuncias u otras acciones judiciales adicionales a las recomendaciones.

Lejana y aislada Isla de Pascua

Una de las situaciones más críticas denunciadas por funcionarios y ex funcionarios, fue la alta rotación y poca dotación del personal, teniendo que realizar turnos dobles y hasta triples para no dejar la residencia sin cuidado, lo que “afecta directamente la calidad de la atención que se le entrega a los niños”. Esta deficiencia es respecto a los educadores pares, los abogados, los especialistas de salud mental e incluso personal de limpieza. Hoy, por ejemplo, el hogar de menores se encuentra sin psicólogo, aunque desde la fundación indicaron que el 16 de junio llegará uno nuevo.

Entre las explicaciones dadas a los visitantes de la Defensoría, se explicó que la corta permanencia de los trabajadores en sus cargos respondía parcialmente a que la oferta laboral no ofrece condiciones que compensen los costos que implica la migración y permanencia en Rapa Nui. Según residentes de Isla de Pascua, el hecho de que los funcionarios vengan del continente, también hace más difícil la relación con los NNA y con las familias, por las diferencias culturales y distintas visiones sobre la crianza.

Desde la fundación Niño y Patria compartieron esta visión: “La residencia funciona en un territorio insular con condiciones logísticas y sociales muy complejas: el alto costo de vida, el aislamiento, la falta de redes familiares y la escasa oferta de profesionales especializados en la isla impactan directamente en la estabilidad del equipo”, afirmando que han hecho esfuerzos para mitigar la situación como aumentar salarios en un 25% en dos años y financiar los 30 primeros días de hospedaje a nuevos trabajadores.

Otra de las problemáticas derivadas de la lejanía y el aislamiento de la Isla es el acceso de los menores a salud mental. De acuerdo al informe de la Defensoría, al consultar por la situación de atención psicológica el hospital Hanga Roa indicó que la responsabilidad de proveer las atenciones especializadas en salud se encontraba radicada en el Servicio de Salud Metropolitano Oriente, por ende, los menores eran atendidos por telemedicina en el Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna.

Lo mismo ocurre con el acceso a abogados. Denuncias indican que estos solo se encuentran disponibles para atender a los NNA de manera telemática, y que en casos de encontrarse con licencia, muchas veces no aparece un reemplazo, lo que deja a los menores sin protección judicial por semanas o incluso meses.

Proyecto de Mejor Niñez

Consultados por Radio Bío Bío sobre la situación y las denuncias relacionadas al estado de la residencia Hare O Tatou en Isla de Pascua, desde Mejor Niñez indicaron que:

“El Servicio de Protección está en un proceso de transformación de todos los programas heredados del Sename en cada región del país. En el caso de Rapa Nui, esta modificación se está haciendo a través de un mecanismo de participación que busca incorporar pertinencia cultural en todos los proyectos.

Se llevaron a cabo diversas instancias participativas con autoridades y actores locales relevantes, además de un proceso consultivo en el que participaron niños, niñas y adolescentes atendidos por los programas del Servicio de Protección, junto a sus familias.

A raíz de situaciones reportadas en la residencia administrada por la Fundación Niño y Patria en Rapa Nui, el Servicio de Protección conformó un comité que sesiona semanalmente, con el fin de impulsar avances pertinentes con la realidad local.

Además, durante mayo la directora regional de Valparaíso, Carla Oyarzún, y representantes del Servicio de Protección de los equipos de Supervisión e Infraestructura, viajaron a Isla de Pascua para concretar acciones que permitan la construcción de un nuevo recinto que cumpla con los estándares requeridos por niños, niñas y adolescentes.

Esta nueva infraestructura de alto estándar, que iniciará su construcción este año, no solo contará con 3 casas separadas por rangos etarios, sino que permitirá abrir un programa de Familias de Acogida en Rapa Nui.

Se trata de un nuevo modelo de integración familiar que contará con orientaciones técnicas exclusivas para la isla, con pertinencia cultural en base a las instancias participativas realizadas.

En paralelo, se iniciaron capacitaciones para las trabajadoras y trabajadores de la residencia, y se prepara en la isla inédito proceso de formación en temáticas relacionadas con el cuidado de niños, niñas y adolescentes que han sufrido vulneraciones, con el objetivo de fortalecer la preparación de futuros profesionales del área”.

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