—Estamos en presencia de actos de vandalismo, donde se llevaron a cabo ultrajes, profanación y exhumación de cadáveres. Asimismo, estos sujetos realizaron daños graves al casco histórico y patrimonial del Cementerio General, incluyendo el expresidente Allende.
El principal testimonio para detener a Diego Alejandro Soto Montero (26), fue el que entregó el administrador general del Cementerio de Recoleta, Diego Bascuñán. Su relato —al que accedió BBCL Investiga— fue clave para reconstruir las andanzas del hoy imputado: no sólo se robó el cráneo de una difunta, también se armó una falsa pista de skate en la tumba del expresidente Salvador Allende.
Esos antecedentes, sumados a los registros de cámara del camposanto, le permitió al fiscal adjunto Rodrigo Céspedes conseguir, ante Tercer Juzgado de Garantía de Santiago, sendas órdenes de allanamiento y detención en contra de Soto. En su domicilio, emplazado en Recoleta, la PDI encontró el cráneo de Elsa Aschner, bisnieta de Ernestina Pérez Barahona, la segunda médica de Chile y Latinoamérica, que había sustraído desde el cementerio.
Un velorio previo
De acuerdo a la declaración de Bascuñán, antes de que Diego Soto se decidiera a hacer un desmadre, llegó hasta la capilla velatoria N°4 del Cementerio General de Recoleta. Él y otras 50 personas. Todos iban al velatorio de Vicente Canales Nicosia, quien dos días antes había muerto atropellado por un bus de la Red Metropolitana de Movilidad.
Según difundieron sus amigos en redes sociales, Vicente fue aplastado por un “sucio chofer” que se dio a la fuga. Lo cierto, es que el accidente se produjo a las 1:15 horas, cuando Vicente, junto a un grupo de amigos —aparentemente ebrios—, intentaron subirse a la fuerza al interior de la máquina del recorrido 107.
“Murió de una forma horrible pero yo creo q se fue contento por lo menos. Nicosia vives en el antifascismo, la punk y la anarkia (sic)”, dice el texto de Instagram.
Exposición de Diego Soto en 2023.
Así, según el relato del administrador, desde el velatorio se trasladaron hasta la capilla central cerca de las 16:00 horas. Asistieron a la misa sin problemas y, una hora después, la mayoría comenzó a retirarse. Diego Soto y una veintena más prefirieron quedarse tomando alcohol en los pasillos.
—Se instruyó a los vigilantes allanar a estar personas a que hicieran abandono del lugar y dejaran de beber, pero producto de su estado etílico y la agresividad de los mismos, y a fin de evitar una situación que afectase el normal tránsito de los visitantes del cementerio, se optó por dejarlos hasta que se retiraran voluntariamente. Más aún, ya que nos encontrábamos prácticamente en el cierre, no se dio cuenta a la Carabineros ni a seguridad de Recoleta —se lee en su declaración.
La información que recibió el administrador fue que finalmente el grupo de jóvenes se retiró cerca de las seis de la tarde. Y así, se durmió, pensando que todo estaba en orden.
Un desquiciado
La mañana siguiente fue caótica: desde el área de Relaciones Públicas le avisaron que había seis videos difundiéndose en redes sociales. Los registros mostraban a Diego Soto junto a otros sujetos practicando skate encima de tumbas o saliendo de una bóveda subterránea con un cráneo humana en la mano. De esto último, muy al estilo shakesperiano:
—Dejar caer… Todo el llanto que brote, de sentimientos —soltó, riéndose, con voz fingida y pausada frente a la cámara que lo grababa.
De acuerdo a información recopilada por BBCL Investiga, el cráneo que sujetaba pertenecía a Elsa Aschner Pérez, enterrada en el cementerio el 28 de octubre de 2011. Es la última familiar, de un total de ocho (ella incluida), que reposa en la bóveda. La doctora Ernestina Pérez Barahona —segunda mujer en Chile que logró obtener el título de médico y bisabuela de Elsa— también descansa, desde 1951, en la misma tumba que fue profanada por Soto.
Por lo mismo, el Colegio Médico de Chile emitió un comunicado donde repudia los hechos.
“Estamos evaluando interponer acciones legales que permitan perseguir a los responsables, evitar que hechos como este se repitan y resguardar la memoria histórica de figuras importantes para la medicina y nuestro gremio”, expresaron.
No conforme con destruir la tumba, Diego Soto se llevó el cráneo a su casa. Allí fue encontrado por la PDI, tras el allanamiento a su domicilio.
Hugo Aschner, hermano de Elsa Aschner y bisnieto de Ernestina Pérez, cuenta a esta Unidad de Investigación que hasta ahora no ha podido revisar qué otros destrozos provocaron en la tumba. Asegura que la fiscalía se encuentra haciendo peritajes en el lugar.
—Es un desquiciado —dice Hugo respecto de Soto.
El familiar también insinuó que el cementerio tiene responsabilidad en lo sucedido por no haber prevenido la situación.
Las cámaras
El relato del administrador del cementerio continúa:
—Logramos advertir que los sujetos utilizaban como rampa una tapa de una sepultura, la cual al recorrer las calles por donde transitaron los denunciados, pudimos determinar que esta corresponde a la bóveda antigua N°872.
Es decir, abrieron la tumba de la familia Justiniano Palma y se grabaron haciendo piruetas arriba de un skate. Hasta ahora, se desconoce si el grupo consiguió entrar o no para robar algún cadáver: las cámaras de esa calle no enfocan esa área.
De acuerdo al testimonio de Bascuñán, fue en ese recorrido, en el que montaron una falsa pista de skate y que dañaron el mausoleo del expresidente Salvador Allende Gossens. Fue fácil descubrirlo, porque además de los rayados, las marcas de las ruedas del skate quedaron estampadas.
Según el administrador, ambas bóvedas se encontraban debidamente cerradas, con su tapa y rejilla de protección.
—Creo importante mencionar que estamos en presencia de actos de vandalismo, donde se llevaron a cabo ultrajes, profanación y exhumación de cadáver. Asimismo, estos sujetos realizaron daños graves al casco histórico y patrimonial.
A prisión
Con estos antecedentes, la magistrado de turno del Tercer Juzgado de Garantía de Santiago, Pamela Muñoz Canales, concedió una orden de detención que se concretó este miércoles en el Hospital Psiquiátrico Dr. José Horwitz Barak, también de Recoleta.
Esta tarde Diego Soto fue formalizado y quedó en prisión preventiva, por los delitos de ultraje tanto a cadáver como sepultura y también por alteración o daño a monumentos nacionales. Arriesga 11 años de cárcel.